Algo de Simone De Beauvoir....

Lejos de que la ausencia de dios autorice toda licencia, al contrario, el que el hombre esté abandonado sobre la tierra es la razón de que sus actos sean compromisos definitivos.

sábado, 15 de agosto de 2009

La mengana y el fulano.. o el fulano y la mengana...

-Pensé que nunca la volvería a ver. Dijo el fulano a la mujer.
-¿A quién?... replicó la Mengana a aquel.
-A usted… la seguí tras esas cuadras después de la fiesta
-¿A mí?....
-Me diste mal tu correo. Fue a propósito?.. se lo tuve que preguntar a alguien más…
-Lo siento. Me faltó agregar el número final…

*Lo anterior imagínese en una tibia y nada impersonal (jaa) conversación vía Messenger durante la madrugada de un 14 de octubre.

A la Mengana le hubiera gustado decir aquello de “si hubiera rechazado la invitación del pequeño memo es probable que yo en otro punto y otro lugar ahora estaría”… “Si hubiera rechazado esa invitación”. Pero vamos, la mengana no cree en el destino. Ni en “estamos aquí por alguna razón”. Heidegger decía que somos un ser en el mundo-Estamos arrojados sin objetivo ni destino sobre las tierras… arrojados, nuestra humanidad tirada a la tierra… (no por ello, su vida carece de compromiso. Al contrario). Pues bien, la mengana sabe que aunque hubiese rechazado la invitación de su alto y fornido amigo “memo”… de cualquier forma se hubiera topado con el fulano. No, y no es destino. La mengana sabe que se hubieran visto en la calle, en la escuela, sí, en la escuela!!!.. Cruzando la plaza principal del centro histórico. Tomándose un café en la Babel. Una cerveza en ese bar, donde la chela es barata y la botana generosa.. Era muy fácil en realidad conocerse. En dos, tres o cuatro días más. En uno, dos o cuatro meses más. Mañana. Hoy mismo.

La primera vez que lo vio guardó su imagen como película fotográfica en la memory stick de una rebel digital de 10.1 de pixelaje . Había sido un 7 de febrero del 2006. Justo en el zócalo de su ciudad. El fulano usaba una camisa a cuadros y unos lentes con armazón de tres piezas, un corte de hongo y un caminar arrastrando las piernas. Pero, al ver que su mano (la del fulano) sujetaba a otra mano, delicada y aparentemente suave, como la de una mujer, la mengana siguió su camino y dejó atrás la conglomeración con miles de jóvenes asistentes al mitin. La mengana no sabe porque razón, pero años más tarde recordaría esa imagen tan nítida que, cuando vio la silueta de ese hombre deambular por los angostos pasillos de la universidad pudo reconocerlo tal cual ese 7 de febrero.

Memo le había insistido a la mengana para que lo acompañara al cumpleaños de su amigo Mario. La mengana no quería ir. Estaba cansada por esa jodida tarea escolar que tenían que hacer pero que al menos tenía un objetivo importante: conseguir fondos económicos para una casa hogar. Vaya, al menos sería útil.
Y memo anda, un rato, y ella, que no, estoy cansada… y memo insistiendo: mira que no pienso llevar a ninguna de mis mujeres … La mengana indignada: mira que puedes llevar a la que quieras yo soy tu amiga no tu vieja… y memo que vamos un rato, luego nos salimos… y ella vale no insistas, solo un rato..

Y he ahí que los dos llegaron a comer y beber hasta la calle con nombre de Noria. Pero parecía una broma de la vida. Memo saludó y presentó a la mengana con sus amigos, la mengana reconoció entre “los amigos” al tipo de cuadrado de aquel 7 de febrero. El tipo la saludo y justo en el momento en que saludaron los dos pensaron, como esas estúpidas novelas rosa , que sí, que antes.. que antes de que todo fuera ya eran ellos dos.
Memo despareció, suponemos que en busca de mujeres.
El tipo de cuadrado que hoy se llamará Fulano con Efe mayúscula se aplastó literalmente sobre la cama que servía de sillón de recibimiento para los invitados. La mengana sentía un latido excesivo en su pecho. Algo a la altura del esternón.
El Fulano sostenía su ipod en las manos, y en una pose dizque desinteresado, fingía no poner atención en la mirada de la mengana mientras elegía una canción para reproducirla en los altavoces. Aunque ésta lo sorprendía de vez en ves recorriéndola con sus grandes y redondos ojos cafés espiando el rostro nervioso de la mengana.

-¿has escuchado a armado palomas?
-Nunca. Balbuceó la joven componiéndose la odiosa falda blanca que se le subía, esa que sólo usaba cuando no tenía ropa limpia.-
-Se llama canción del mutilado. Esta muy chida…

Sonaron los primeros acordes de una canción musicalmente mala pero con una letra muy curiosa y rebeldona… Pegajosa… la mengana supo en ese mismo instante que con esa canción lo recordaría cuando el ya no estuviera.
Y así, entre pleitos con la falda que le resultaba incómoda para sentarse, y él con su sonrisa de niño y sus ojos cafés que asomaba por sus anteojos de tres piezas.. Ella quedó prensada de la idealización del amor.

Entre conoces a fulano de tal… y ella sí sisi, y el cuéntame.. a qué te dedicas… y ella contando.. y el y su humor ácido… ¿tienes partido, organización, colectivo?... y ella contestando… no, que solo colaboro en…. que haces pues… El Fulano fue directo a la yugular. La mengana comenzó a dar explicaciones, a contarse la vida en horas…
Era un tipazo, claro, sólo para ella.. Muchos pensaban que era una arrogante, pero con convicciones, teoría política y praxis revolucionaria. Ah y aparte le gustaba Real de catorce y Sabina. La mengana también. Pero el Fulano no escuchaba a Pink Floyd. Sólo conocía el Dark Side. Y la mengana había crecido con Pink Floyd. El Fulano a ratos era un poco sangrón, pero al a Mengana le resultaba encantador. El Fulano amaba el cine y era un conocedor. La Mengana amaba el cine pero no era una conocedora. Al final gracias a Benedetti, ambos hicieron una hermenéutica de la que Gianni Vattimo se hubiera sentido orgulloso.


Memo regresó. No había más mujeres. ¿Nos vamos?

La fulana odió a memo pero conservó algo de suspenso para lo que vendría después y se despidió tan cortes pero desinteresadamente del Fulano, que éste no tuvo la menor complicación en seguirla para saber a dónde iba. Que haría. Con quien más (aparte de Memo) se iba. Es probable que el pensara en la posibilidad de que la Mengana y memo tuvieran algo más que ver. El Fulano conocía muy bien a memo. Lástima que no conocía todavía muy bien a la mengana. De hacerlo hubiera sabido que la Mengana no tenía la menor intención de suicidarse al lado de memo.

-Antes, recalcó el Fulano.
-Me das tu correo?
-Sí, dijo la Mengana.

3 comentarios:

  1. Jaja, me gustó eh!. Pero si me la hubieras puesto más fácil " I have catchet on fastly". Jaja. Con el sinónimo "innombrable", por ejemplo. Y hubiera asegurado que el Vale López (menor) era aquél castroso, pero no habría permitido tal encuentro, así que no. En fin... te doy la razón, no me la pusiste fácil, porque nadie dijo que el amor lo fuera.

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  2. Sí, no te olvides que sólo es un cuento. Y la gente NO se proyecta en sus escritos OK? jajaja

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