Algo de Simone De Beauvoir....

Lejos de que la ausencia de dios autorice toda licencia, al contrario, el que el hombre esté abandonado sobre la tierra es la razón de que sus actos sean compromisos definitivos.

domingo, 9 de agosto de 2009

Regreso a clases!

Pues bien, algún día tenía que llegar. Mañana ya entró a la escuela, al servicio, a la vida callejera de nuevo jajaja. Sí, creo que soy una pata de perro. Me siento como león enjaulado cuando estoy más de un día en la casa. Los últimos días de la escuela lo único que deseaba era salir y dormir dormir y dormir. Que sólo tuviera q levantarme para ir al baño y comer… y luego dormir.. estar en casa, esos eran mis planes… y alejarme e la bendita computadora… pero buu no se puede. La vida allá afuera me llamaba jaja. La cosa es que tenía planeado hace cambios en la casa, mi cuarto, el librero, mis libros… al final hice todo menos eso, ah bueno, (excepto la compu, de ella no puedo alejarme). Y justo hoy, un día antes de irme a la escuela y regresar a la vida normal de universitaria a un año de salir (si q si) pues que se le antoja la mujercita limpiar el librero.
Y vaya que fue lindo. Ahí, justo en medio de “la enseñanza de las matemáticas en la escuela primaria”, a un lado de “instrumentos de investigación”, entre polvo, polillas y una cosa pegajosa que creo que era un dulce derretido; estaba un libro con la pasta delgadísima y rota… “la revolución mexicana: hacia otra forma de explicar”. Vamos el libro sonaba aburrido, y no destacaba entre otros más interesantes que puedo asegurar, tiene mi papá. Pero había tantos dibujos, anotaciones, y recuerdos que fue lindo redescubrir a un hombre de 46 años a través del cuaderno de un muchacho de 18 años. Con los ojos que tenía en ese entonces. Lo primero que decía en la portada con letra grande y mayúscula rezaba “Dios no inventó al hombre. El hombre inventó a Dios”… abajo el nombre de mi papá y a un lado una pequeña pero bien dibujada hoz con algo que parecía un martillo. Sí! Vaya… y aunque sé que todavía es como dice Benedetti, parte de “ciertos profesores que todavía tienen en sus armarios el pañuelo rojo”.. me sorprendió un poco conocerlo a través de sus dibujos. Tenía en letra manuscrita un fragmento de “La madre” de Máximo Gorki, y encerrado con un círculo, en las últimas páginas de aquel compendio de hojas -olor a viejo y cafés como el tiempo- había un puño cerrado bien coloreado con tinta azul. Algunas frases de Mijaíl Gorbachov.
Cuando vi aquel libro viejo, deshaciéndose, recordé aquellos otros que me gustaba oler de niña. No sé porque razón, pero tengo guardado en mi memoria aquellos otros de pasta dura, en no sé cuantos tomos. Debieron haber sido más de tres. El nombre de cada uno de ellos estaba escrito en letras de color dorado. Eran gruesos y del tamaño de uno de esos cuadernos de tamaño francés o algo así.- El autor aparecía en una pequeña biografía atrás de una de sus pastas: Enver Hoxa. “El comunismo en Albania”, algo así debió ser el nombre de esa serie de hojas repartidas en grandes y atractivos libros que me seducían de niña, cuando el olor de sus páginas me hacia abrirlos, aún sin entender nada, o quizá entonces sin tenerle mucho interés.
Años más tarde supe que aquel hombre (cuya fotografía parecía en la pequeña biografía) había sido un político comunista albanés importante que fungió como ministro de ese país y fue uno de los dirigentes de la resistencia a la ocupación de Albania por parte de la Italia fascista y la Alemania nazi. Años más tarde claro, cuando un día, yo le pregunté a cierta persona quien era él. Y él entre carcajadas me pidió los libros, riéndose de mí porque no valoraba aquellos libros de papá.

Por eso me puse a buscarlos hoy, locamente, acaloradamente. Me acordé de cuando cierta persona, me dijo que los buscara para él. Y yo, recordando viejos tiempos pregunté a papá donde habían quedado. “Deben estar en el cuarto de cosas viejas” me dijo. Eso significaba dos cosas. O estaban siendo comidos por ratones y polillas o papá los había tirado a la basura.
Los busqué locamente hoy, otra vez. Pero no estaban. Los busqué en parte para conocer a papá, el casi no habla de sí mismo. Pero también los busqué para dárselos a esa misma persona que me explicó quien era Enver Hoxa.
No los encontré. Creo que ahora el olor y la vieja imagen que conservo de papá y esos libros siguen alimentándose sólo de dibujos, libros, textos que encentro conforme avanzo sacudiendo el polvo, el fondo de madera viejo, los cuadernos viejos de dibujos. Llenos de nostalgia y remembranzas. Leyendo y mirando a un joven de al menos 18 años que a ratos, en algunas páginas, al voltear la 59 a la 60, luce parecido a mí. Después de todo creo que no somos tan diferentes como él se empeña en demostrar

3 comentarios:

  1. Ya era justo, huevona! , que bien que se terminaron tus infinitas vacaciones, las mias inician el 21 y terminan el 23 porque entro el 24 de Agosto, es decir tendré “dos diotas”, si dos diotas de vacaciones. Ahhhh el olor de los libros, ¿acaso hay algo mejor?. Y en cuanto a tu papá, sé que me odia, lo veo en su mirada :( Besos “nueva pelona”

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  2. jaja no te odia, cómo crees. Tú estas loquita.
    Les caes re bien, tu y tus complejos pequeñ saltamontes jaja

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  3. Pues ni modos, las vacaciones no son eternas U_U


    Deberían de serlo!

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